sábado, 12 de septiembre de 2015

Mis Vacaciones: Últimos días!

 
 Después de la lección de historia en Núremberg, volvimos a la carretera, bueno, a la autopista. Madre mía que velocidades se gastan en ese país! Si que es verdad que los coches no son coches, son cochazos, pero es que, como decía Alberto, hasta los Smart van a 160!
El caso es que en un pis pas llegamos al nuevo sitio a visitar. Había leído que Rotherburg ob der Tauber era un pueblo de cuento, donde todo el año es Navidad, por la mega tienda que tiene dedicada a esta fiesta. Decidimos ir para que Gorka flipara un ratito, porque las vacaciones eran para los tres y él también tenía que disfrutar.
Pero no esperaba, para nada, lo que encontramos.
Dejamos el coche fuera del casco antiguo y en cinco minutos atravesamos su puerta. Fue como entrar en un cuento. Hansel y Gretel, La bella durmiente... cualquiera servía! Casas con entramados de madera, rincones de ensueño allá donde miraras, cada tienda con su cartel significativo...

 
Rotherburg ob der Tauber

 Y detalles, detalles por todos los sitios que hacían que contra más andábamos, más nos sintiéramos en el mundo de los hermanos Grimm.
En la siguiente foto no se aprecia, pero os aseguro que la mesa que se ve era un trineo!

 
Rotherburg ob der Tauber
 
 
De repente, al girar una esquina, vimos un camión navideño. A los dos lados de la calle había dos tiendas dedicadas a la Navidad. Entramos en una y era preciosa. Bolas de cristal divinas, pesebres de marquetería, ángeles, osos, Papa Noel y montones de figuras más a cual más bonita.

Salimos pensando que la otra tienda no podía sorprendernos. Y nos equivocamos! Era grande. No, no, Iratxe, te quedas corta! Era enorme!!!! Alberto acabó diciendo que había un hombre que entró una vez y nunca más supo salir, jaja. Nada más entrar había unas casas con muñecos animados. El oso que sacudía el trapo del polvo. El conejo deshollinador que limpiaba la chimenea. Unos monos subiendo una escalera, y un erizo tocando una botella cual instrumento musical. Y Gorka alucinando.
Empezamos a pasear sin saber donde mirar. Alberto decía que estaba demasiado cargado. A mi me recordaba a esas películas americanas de Navidad.

Me enamoré de los cascanueces, pero como no estaba dispuesta a pagar lo que me pedían me quedé con las ganas.

Navidad todo el año en Rotherburg ob der Tauber

Os aseguro que es un pueblo que no podéis dejar de ver si vais por esa zona. Y no sólo por las tiendas de Navidad!

Después de comer (otra vez rodeados de avispas, de donde saldrían tantas, jolín!) Volvimos al coche y continuamos nuestra ruta.
Pasamos por el hotel a dejar las cosas y nos fuimos a cenar a Tübingen. Buuuuuf! otra ciudad para no dejar de ver! La pena fue que era casi de noche y ya no nos quedaban más días para volver, así ue lo aprovechamos al máximo.

Tübingen

Nos pareció muy curioso que había una calle con canales a ras de casas, tan cerca, que para poder entrar en ellas, tenía un puentecito, como la de la foto.
 
Tübingen

Cuando ya estábamos sorprendidos de lo bonito que era todo llegamos a esta plaza, y fue el súmmum!
Tübingen
 
 Pero al día siguiente teníamos mucho que hacer, así que nos fuimos a descansar, con la sensación de que aunque se acababan las vacaciones, habían merecido la pena!
 
El nuevo día nos llevó al Museo Mercedes Benz en Stuttgart. Creo que las fotos valen más que mil palabras.
Es un museo que merece la pena, sobretodo si os gustan los coches y la historia, porque a través de los coches nos explican parte de la historia de Europa.
 
Este es uno de los primeros coches que hicieron:
 

Museo Mercedes- Benz

Y aquí una de las joyas de la corona. Un par de niños se subieron a la tarima donde estaba y lo tocaron y al vigilante le falto el tiempo para echarlos de allí rápidamente y sin contemplaciones, y eso que era muy amable, porque le tuve que preguntar acerca del idioma (de repente en la audioguía salía todo in english) y me explico que no me preocupara, que había alguna zona del museo que pasaba, pero que eran muy pocos sitios y no alteraba la visita. El caso es que está claro que es una de sus piezas más preciadas y una jugarreta de un niño nunca se sabe como puede acabar.

Museo Mercedes- Benz

La verdad es que la historia impregna las paredes de este museo. Pero en ningún momento han olvidado el presente, y mucho menos el futuro, y si no, mirad los ascensores que nos llevaron al principio de la historia de esta marca.
Museo Mercedes Benz
 
 Y siguiendo con el futuro, he aquí uno de los prototipos. Como poco es original, a que si?

Museo Mercedes Benz

Por la tarde visitamos Stuttgart. Tengo que deciros que de todo el viaje fue lo que menos nos gustó. 

Stuttgart
 

 Notas:
Más que notas son conclusiones. Han sido unas vacaciones fantásticas. Ha pasado ya un mes y Gorka sigue diciendo que a él le han encantado.
La gente alemana es super amable, los paisajes preciosos, la comida deliciosa y Alberto os diría que si la cerveza se la hubieran servido fría en algún sitio hubiera sido lo más!
En resumidas cuentas. Si podéis, no lo dudéis y viajar a este país maravilloso que tanto tiene por mostrar.
 

 

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