Una "medio-familiar" de mi padre se casó con un chico de la Isla Mauricio. Fue ella la que nos enseñó a hacer estas alitas de pollo a la criolla, y todo porque en unas fiestas del pueblo nos invitaron a cenar y las había hecho. Nos gustaron tanto que nos dijo como se hacían. Desde entonces es una comida bastante usual en casa y que gusta tanto a niños como a mayores.
Ingredientes:
- Una bandeja familiar de alas de pollo
- Salsa de soja
- Miel
- Aceite y sal
Preparación:
Limpiamos las alas de los restos de plumas que puedan tener, las salamos, las cortamos en tres, por las articulaciones y las ponemos en un recipiente que podamos cerrar. Les añadimos salsa de soja hasta que nos parezca que hay suficiente como para que se mojen todas las alas ligeramente, y las dejamos reposar unas dos horas en la nevera.
Una vez pasado el tiempo de reposo, en el que habremos ido moviéndolas de vez en cuando para que todas se impregnen de salsa de soja, las freímos. Cuando veamos que están hechas, les ponemos la salsa de soja que nos ha quedado en el recipiente, y si hiciera falta, para que queden más oscuritas, un poco más. Por último les añadimos la miel. Esto es al gusto, la gracia está en que quede el contraste de lo dulce de la miel con la salsa de soja. Dejamos que hagan chup-chup, moviendo de vez en cuando y por último... nos las comemos!!!!
Nota:
Os aconsejo que compréis una buena salsa de soja, tipo Kikomann o así. Ahora han salido unas bajas en sal que para mi gusto están mejor.
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